miércoles, 2 de enero de 2013

Autoestima II. ¿Qué pueden hacer los maestros y padres?

Hoy vamos a dar unos consejos sobre lo que pueden hacer los maestros (o personas que se dediquen a la educación) y los padres para formar la autoestima de sus alumnos o hijos.

¿Qué puede hacer el maestro para ayudar a formar una buena autoestima en sus alumnos?
  • Tratar al niño con dignidad. No etiquetarlo ni dejar que se etiquete.
  • No poner nombre o adjetivos a los comportamientos no positivos.
  • Intentar no caer en el uso del nunca (nunca hace los deberes) y siempre (siempre se porta mal), ni decirlo ni creerlo, ya que si lo pensamos lo transmitimos inconscientemente.
  • Tenemos que saber reconocer como se ve cada alumno a sí mismo y por qué. Para ello, hemos de hablar con ellos de cómo son, ayudándolos a verse con onjetividad, de cómo querrían ser y qué pueden hacer para conseguirlo. Les tenemos que dar pistas de lo que pueden hacer para cambiar y cuando los cambios se empiecen a notar debemos comunicárselo, porque esto les motivará a seguir cambiando.
  • Hemos de facilitar que las posibilidades de éxito del niño o niña superen las oportunidades de fracaso.
  • Tenemos que adaptar el trabajo a sus capacidades y ritmos de aprendizaje.
  • Tenemos que evitar que se culpabilicen, porque la culpa genera bloqueos i sentimientos de rabia, además, crea sentimientos destructivos hacia uno mismo y el niño puede reaccionar traspasando la culpa a los demás.
  • Tenemos que promover la capacidad de aceptación de los propios errores, de enfrentarse a los problemas y de reparar las equivocaciones en una línea ética y honesta.
¿Qué pueden hacer los padres para formar una buena autoestima en sus hijos?
  •  Aceptar al hijo tal y como es, con sus defectos y virtudes.
  • Valorar positivamente las características diferenciales que hacen a sus hijos seres únicos.
  • Definir normas de conducta y convivencia claras y no arbitráreas, pero no rígidas, duras y que no se puedan negociar.
  • No dejar que sus hijos siempre hagan o consigan inmediatamente todo lo que quieran.
  • Establecer expectativas altas pero realistas.
  • Dar un trato siempre respetuoso, aunque se tenga que regañar a los hijos, no hay que atacar ni humillar.
  • Mostrar que se respetan sus sentimientos.
  • Tener en cuenta sus preferencias.
  • Darles la oportunidad de escoger siempre que se pueda.
  • Conduciar a los hijos en el establecimiento de sus propios objetivos, con tacto y paciencia. Puede ser que aquellos objetivos que los padres consideren como más importantes se tengan que dejar para más adelante.
  • Escuchar (no sólo oir) y atender los problemas que presenten los hijos.
  • Controlar el juicio negativo, ya que puede llegar a inmovilizar, haga lo que haga lo haré mal, no me saldrá.
  • Hacerles conocer cuando está satisfechos con ellos. Reforzar los comportamientos positivos mediante su reconocimiento.
  • Practicar de manera sincera el elogio que describe la conducta. Celebrar los éxitos fruto del esfuerzo.
  • Para que no dependan demasiado del elogio, se tienen que practicar de manera continuada cuando se inician los cambios, pero después de manera intermitente.
  • No ser sobreprotectores y fomentar la autonomía. Dejar que hagan todo aquello de lo que son capaces. Superar el temor a que el hijo crezca.
  • No exigir más de lo que los hijos son capaces de hacer.
  • No asumir personalmente los problemas de los hijos, si no orientarles y ayudarles para que los puedan resolver ellos mismos.
  • Compartir responsabilidades domésticas.
  • De entrada dejar que los hijjos hagan las cosas a su manera. Con tiempo, ir hablando de cómo se podría mejorar lo que hacen.
  • Intentar dar buenos modelos. Es importante que los niños vean buenos niveles de autoestima en el padre y la madre.
  • Hace falta hablar como iguales con los hijos, compartiendo temas de interés y interesándose por todo aquello que es importante para el niño, teniendo presente siempre que, aunque compartamos temas como iguales, nunca lo serán, porque los padres deben tener cierta autoridad.
  • Invertir tiempo haciendo actividades juntos. Si los padres demuestran que les gusta compartir vivencias con ellos, éstos crecerán sabiendo que pueden ser unos valiosos compañeros.
  • Implicar a los hijos en el propio crecimiento personal.
Bibliografía:

CARPENA, Ana. Educació socioemocional a primària. Vic, Eumo Editorial, 2001. Páginas 42-47

2 comentarios:

  1. Junto con la entrada del vídeo, esta es la que más me gusta,ya que me recuerda a esos buenos profes del cole de los que nunca te olvidarás. Espero que tengas suerte y las cosas mejoren,que ya verás que serás una de esas.

    Ánimo y sigue publicando.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias por tus ánimos!! Esta entrada también es una de mis preferidas! Gracias por pasarte por el blog!

    ResponderEliminar